SALVANDO A LA JUVENTUD DE CHILE DE LA MEDICACIÓN PSIQUIÁTRICA FORZADA

Gala del 50.º Aniversario de CCHR
El productor/director Kevin Miller acepta el Premio de Derechos Humanos de CCHR
El abogado de Texas Andy Vickery acepta el Premio de CCHR de Derechos Humanos
CCHR trabaja con la legisladora chilena, Cristina Girardi (derecha, arriba y abajo) para llegar con los hechos a los padres, educadores, compañeros legisladores y a los medios de comunicación; estos esfuerzos resultaron en que se aprobara una ley para proteger a los niños de ser obligados a tomar fármacos psiquiátricos como requisito para poder ir a la escuela.
Dos activistas de los derechos de los niños y de los padres trabajan incansablemente para cambiar la ley chilena y proteger a los niños del tratamiento psiquiátrico forzado como requisito para ir a la escuela.

En 2005, Chile implementó el programa más grande del planeta de evaluación en las escuelas nacionales más grandes, con más de un millón de niños evaluados desde 2005 hasta 2015. A muchos de estos niños que fueron evaluados se les recetaron fármacos psicotrópicos. No es sorprendente que el país se clasifique como el que tiene las tasas más altas de suicidio de jóvenes de 15 a 19 años en América Latina y que ocupe el quinto lugar internacionalmente.

Hilda Zúñiga, ayudante de la legisladora chilena Cristina Girardi, sabía que algo andaba mal cuando, al hacer trabajo comunitario, se encontró con padres molestos, cuyos hijos habían sido llevados a psiquiatras sin su consentimiento. Ella y Girardi se fijaron más en ello cuando encontraron caso tras caso de padres que se veían amenazados con que su hijo iba a ser expulsado de la escuela si no tomaban fármacos psicotrópicos.

Las cosas se volvieron personales cuando el hijo de Zúñiga fue etiquetado autista y se le recetó Concerta. Comenzó a investigar los medicamentos y se encontró con la Comisión de Ciudadanos por los Derechos Humanos (CCHR). Pronto sacó a su hijo de los fármacos y encontró soluciones alternativas para él.

Pero no era suficiente con ayudar a su hijo. Empezó a llegar a la comunidad para ilustrar a otros. Zúñiga y Girardi llevaron a cabo seminarios para padres y maestros en la capital, Santiago de Chile. Sin embargo, cuando se informó a los padres, estos se negaron a medicar a sus hijos y fueron amenazados con la expulsión de sus hijos de la escuela. Así empezó una misión para cambiar las leyes de educación de Chile. Las dos mujeres reunieron la documentación de los hechos sobre los fármacos psiquiátricos y sus efectos en los niños e informaron a otros legisladores chilenos y también al público. Como parte de un grupo de trabajo parlamentario, ellas propusieron enmiendas a la ley de educación en 2016. Sin embargo, se requirió información, seminarios, medios de comunicación y reuniones para abrirse paso a través de la nube de información errónea. Al final Zúñiga y Girardi llegaron a más de 2.1 millones de personas con más de 180 seminarios y entrevistas en la TV nacional con CNN Chile, CHV Noticias y Canal 13. Finalmente, la primera enmienda para las escuelas públicas fue aprobada unánimemente en 2018, seguida de enmiendas para escuelas privadas en 2019. Ahora no se requerirá que los niños tomen fármacos psiquiátricos para asistir a la escuela. Gracias a Zúñiga y Girardi, los padres chilenos ahora pueden elegir el curso del cuidado de la salud de sus hijos.



Mientras que la TEC podría parecer menos brutal hoy (en la foto) que en la película de los años 70, Alguien voló sobre el nido del cuco, el daño hoy es el mismo —o peor— debido al uso de relajantes musculares.

ACTUANDO
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Únete a CCHR para detener la práctica brutal de la terapia electroconvulsiva (TEC), también llamada tratamiento de electrochoque, en todo el mundo. Añadiendo a la necesidad de hacer oír nuestras voces, la Asociación Psiquiátrica Americana recomienda que la TEC sea usada en niños y adolescentes que no “responden bien” a los fármacos psiquiátricos. La Administración de Medicamentos y Alimentos ha aprobado el electrochoque para adolescentes desde los 13 años para al menos tres “trastornos mentales”, a pesar de que no hay ensayos clínicos del fabricante de dispositivos de TEC proveyendo seguridad y eficacia.

El tratamiento de electrochoque es un tratamiento arcaico inventado en la década de 1930 que da descargas eléctricas al cerebro, induciendo a convulsión. Está asociado con numerosos efectos secundarios, incluyendo pérdida de memoria a corto y largo plazo, problemas cognitivos, síntomas maníacos, convulsiones prolongadas, problemas de corazón, daño cerebral e incluso la muerte.

CCHR está en una cruzada para detener el uso de la TEC en todo el mundo. Aprende más y firma nuestra petición en cchrint.org/electroshock.


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