EL NACIMIENTO DE LA TEC.
LA MUERTE DE ANIMALES.

Es el año 1938. Dos psiquiatras italianos, Ugo Cerletti y Lucio Bini, vieron a los trabajadores en un matadero dando electrochoques a los cerdos antes de matarlos. Los choques conmocionaban a los animales, haciendo que fuera más fácil cortarles el cuello.

Después de “perfeccionar” su técnica en varios animales, Cerletti encontró a su primera víctima: un vagabundo. Después del primer electrochoque, se dice que el hombre gritó: “¡Otra vez no! ¡Me va a matar!”. Sorprendentemente, Cerletti usó solo 80 voltios de electricidad... muy por debajo del voltaje con que los doctores le dan electrochoques a sus pacientes hoy en día.

En aquel entonces, se daba electrochoques sin anestesia, por lo que a los pacientes se les rompían los dientes, la mandíbula y la espina dorsal debido a los espasmos musculares inducidos por la electricidad.

Aunque el electrochoque estaba siendo promocionado como una “cura milagrosa”, la verdad estaba empezando a filtrarse. Revistas médicas de aquel entonces admitieron que el daño cerebral era un efecto del electrochoque, pero, de acuerdo a los psiquiatras, así era como funcionaba el procedimiento.

De hecho, el psiquiatra y defensor líder de la TEC, Walter Freeman, teorizó que: “Tal vez se mostrará que un paciente mentalmente enfermo puede pensar con más claridad y más constructivamente con menos cerebro en funcionamiento”.

No tiene mucho sentido. Pero la TEC tampoco tiene sentido.

¿CÓMO SE SIENTE EL TRAUMA EN EL CEREBRO CAUSADO POR LA TEC? LA RESPUESTA ESTÁ EN NUESTRO DOCUMENTAL.
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